Antes de ser buenos esposos debemos ser buenos solteros, esto significa que debes graduarte de la soltería antes de pretender ser feliz en el matrimonio. 

Muchos solteros están hartos de estar solos y desean contraer matrimonio para que alguien solucione su problema de soledad. ¿Estás harto de ti mismo y quieres casarte para que alguien te acompañe? Esa no debiera ser la motivación para entrar al matrimonio, porque solteros rotos producen matrimonios defectuosos.

Generalmente hacemos un desastre en nuestro tiempo de solteros y pensamos que luego el matrimonio nos compondrá o que al casarnos nos irá bien por arte de magia. ¿Qué nos hace creer que nosotros seríamos la excepción cuando las estadísticas dicen que 50 % de los matrimonios fracasan hoy en día?

¿Si el piloto del avión que estás a punto de abordar te dijera que hay solo un 50% de probabilidades de llegar a destino, abordarías ese vuelo? Asegúrate bien, antes de embarcarte en un matrimonio, de contar con los ingredientes que necesitas para completar tu propia vida y que tu futuro cónyuge también cuente con ellos.

Antes de presentarle a Eva, Dios se aseguró de que Adán hubiera entendido las siguientes premisas que te menciono a continuación: 

Primero le dio su presencia: dice la Biblia que Dios “sopló dentro de él aliento de vida”. En otras palabras, Dios sopló de sí mismo dentro de Adán y lo preparó para amar a la persona que traería a su vida. He escuchado infinidad de veces este comentario: “no es cristiano, pero es una buena persona”. Nadie fuera de la presencia de Dios será capaz de amar incondicionalmente. 

Asegúrate de que tu futuro cónyuge sea un portador de la presencia de Dios. 

Donald y Silvia Franz

En segundo lugar, Adán no solo portaba la presencia de Dios, sino que vivía en la presencia de Dios. La palabra Edén mucho más que designar un lugar físico, hacía referencia a una atmósfera, por tanto, donde quiera que Adán se movía el Edén se trasladaba con él. Además, la palabra Edén significa “lugar de placer y deleite”. La Biblia dice que Dios “puso al hombre en el huerto del Edén”. En otras palabras, Adán se deleitaba en Dios y en su presencia. 

Ninguna persona debiera conocer a su cónyuge fuera de la presencia de Dios. 

Donald y Silvia Franz

En tercer lugar, le dio propósito. Adán encontró su propósito antes de encontrar una mujer. Dios le coloco allí con un propósito en el huerto, para cultivar y cuidar el huerto. Propósito no es un destino, es lo que me despierta cada mañana y me inspira a seguir viviendo. Muchos creen que el lugar donde se encuentran no les permite llevar a cabo su propósito y viven esperando una promoción en lugar de ponerse a servir y trabajar donde se encuentran actualmente. 

Quien se pasa la vida esperando mejores condiciones para ponerse a servir rechaza el lugar donde Dios lo puso: el hogar, el trabajo para formarse, la iglesia, los líderes, etc. Es importante que aprendas a prosperar en el lugar donde Dios te colocó, porque no es casual el lugar donde naciste, la familia donde creciste, aunque te parezca disfuncional, es el lugar que Dios preparó para entrenarte para tu llamado.

Aprende a prosperar en el lugar donde Dios te puso

En cuarto lugar, Dios le dio provisión. Puso a su disposición todo fruto de la tierra para comer. Si vivimos en la presencia de Dios y si estamos en el lugar correcto y haciendo lo que Dios nos llamó a hacer (cumpliendo con su propósito), no nos faltarán recursos.

Dios enviará provisión.  

En quinto lugar, le dio una personalidad basada en su propia identidad; lo hizo a su imagen y semejanza. Adán no se puso a mirar a los monos para saber quién era. Él sabía de dónde venía. Tenemos una personalidad madura cuando Dios nos mira y puede verse a sí mismo en nosotros. Solo podrás llevar a cabo tu propósito si dejas de mirar a otros para imitarlos y te pones a trabajar en lo que Dios te ha llamado y equipado. Está de moda dejarnos influenciar por gente que no sabe quiénes son. Si no sabes quién eres la gente te dirá quién debes ser. Dios le dio identidad antes de darle una persona a Adán. 

Trabaja en tu propósito y tus dones para fortalecer tu identidad

En sexto lugar le dio principios “puedes comer de todos los árboles, pero del árbol del conocimiento no comerás”. Con esta sentencia Dios puso límites para nuestra protección, porque nos ama. Si no tenemos principios antes de empezar la relación, definitivamente terminaremos cometiendo errores que lamentaremos más tarde.

Dios puso principios para las relaciones para que éstas no nos dañaran. Lastimosamente permitimos que el mundo nos imponga otros parámetros para vivir y nos diga lo que está bien y lo que está mal sobre fundamentos equivocados.

Ten principios

Las personas quieren aprender a amar en el matrimonio, pero en realidad el nivel de amor que tendremos en el matrimonio es equivalente al amor que hemos tenido a Dios y a nosotros mismos en la soltería. No puedes pretender ser fiel en el matrimonio si no fuiste fiel cuando no estabas comprometido con nadie, no puedes ser feliz en el matrimonio si no lo fuiste al ser soltero.   

La soltería es para que Dios sane nuestra autoestima, potencie nuestra inteligencia emocional, restaure nuestra integridad y cure nuestras heridas. Dios quiere que antes de estar con alguien descubras tu propósito, quiere que sepas quién eres y descubras tu llamado ¡Cómo quieres que alguien se suba a tu barco si ni siquiera sabes para dónde vas!