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Quedate con quien le pregunte a Dios por vos

Seguramente si estás soltera, ya sea que hayas tenido otras relaciones o no, si estás hoy en búsqueda de ese amor, te habrás hecho esta pregunta: ¿cómo saber si esta relación es de Dios? 

Tengo para esa pregunta una simple respuesta. No sé si es la que quieras leer, no es la más fácil, pero es la más acertada. Y la respuesta es “preguntale a Dios”. El gran problema es que muchos no conocen la voz de Dios. Quieren conocer al amor de su vida sin conocer realmente a aquel que es el amor en esencia.

Si yo tuviera que darte un consejo, es «quedate con una persona que escuche más a Dios que a su corazón». ¿Por qué? Porque te asegurás que sea de Dios. 

Alguien que escucha más al Señor que a su corazón es aquel que lo busca y hace su voluntad. Pasa tiempo con el Padre, en intimidad, conoce su voz, por ende, no solo va a elegirte porque le gustás (que eso es muy importante, obviamente), sino también porque Dios le dice que es bueno que esté a tu lado, que se van a hacer bien mutuamente y se van a potenciar. 

En una oportunidad un chico se le acercó a una chica al término de una reunión y le dijo, "Dios me dijo que me iba a casar con vos". A lo que la chica le contestó: "¿Dios te lo dijo? Bueno, decile al “dios” que te lo dijo, que se lo diga también a mi marido que está sentado en esa esquina". Independientemente de la valentía del muchacho, me pregunto: ¿qué “dios” le habrá hablado? Seguramente el “corazón”.

​​Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9

«Cuando las emociones están involucradas es cuando más tenemos que afinar el oído. Son los momentos cuando más cerca del Padre tenemos que estar. Porque el corazón es engañoso». 

Natalia Di Rosa

Muchas veces me dicen: Dios me dijo “no”, pero yo estoy enamorada. Todo el mundo me dice que no, pero yo lo quiero. Le pedí a Dios que me saque el sentimiento y no me lo saca. Y es que Dios no te va a sacar el sentimiento, vos tenés que entregárselo y mantener tu decisión firme.

Por ejemplo, mirá lo que hizo Abraham. Él amaba a su hijo Isaac, pero de igual manera decidió entregarlo. Los sentimientos no necesariamente nos indican que es de Dios. Aún levantando el cuchillo, nunca “sintió” de entregarlo. Sí lo decidió. Obedeció. Escuchó más a Dios que a su corazón.

Te doy otro ejemplo: José intentó abandonar a María, la madre de Jesús, cuando se enteró de que estaba embarazada. La Biblia dice que para no injuriarla había tomado la decisión de alejarse, en el amor que le tenía. Pero aparece Dios, de la mano de un ángel, para decirle que tenía que seguir con la relación porque había un propósito en lo que estaban viviendo. Él escuchó y obedeció aun en medio de todos los miedos que sentía.

Si Dios te dice “no”, hacé el duelo, llorá todo lo que tengas que llorar y seguí adelante. Pero, por sobre todo, dale muchas gracias al Padre porque seguramente te está evitando muchos dolores. Buscá a alguien que escuche a Dios más que a su corazón. Y vos hacé lo mismo.

Personalmente creo que hablarle a Dios y preguntarle sobre esa persona es un gran acto de amor. Así como cuando le preguntás a tu amigo ¿Qué onda ……? (completá allí el nombre que quieras) ¿Qué mejor que preguntarle a nuestro mejor amigo, Jesús?

La palabra nos dice de Él en Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Qué privilegio tener al mismo Jesús de consejero. 

Dios lo conoce todo y va a guiarte al amor perfecto para vos. Te va a ayudar a descubrirlo de a poco y te va a contar lo que nadie sabe: cómo es el corazón de esa persona. Haceme caso, andá a la fuente y preguntale a Él, que lo sabe todo. Porque no hay nada más hermoso que quedarse con la persona que le preguntó a Dios y lo guio hacia vos.

Natalia Di Rosa
Natalia Di Rosa
Forma parte del equipo pastoral de la Iglesia Catedral de la Fe, en Buenos Aires, Argentina. Cuenta con una experiencia de más de veinte años en el liderazgo juvenil, junto a su esposo Diego Di Rosa, han recorrido gran parte del país ministrando en campamentos y congresos de jóvenes. Coautora de "A fuego lento", libro de noviazgo cristiano. Mamá de Elian y Santino.

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