Todo lo que hacemos —sean acciones, reacciones, actitudes o palabras— primero fue forjado en nuestra mente, lo que la Biblia muchas veces llama corazón.

A medida que crecemos, nuestra mente se va nutriendo de todo estímulo que recibimos de lo que nos rodea, la forma de crianza, las palabras recibidas, el tipo de trato recibido. Todo esto va formando nuestro sistema de creencias, de prioridades, cómo nos vemos a nosotras mismas y nos relacionamos con los demás, cómo enfrentamos las situaciones, cómo reaccionamos a lo imprevisto, en fin, cómo hacemos todo en la vida.

La Biblia lo expresa de esta manera: “porque cual es su pensamiento en su mente, tal es él”, Proverbios‬ 23:7‬ RVA2015‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

«A lo largo de nuestra vida todas recibimos un mix de palabras y tratos positivos y negativos. Para algunas el balance puede ser más bien positivo y para otras más negativo. Y eso se va a ver reflejado en nuestro estilo de vida».

Mariana Maillet

Hay etapas de la vida en las que somos más vulnerables y estamos a merced de los estímulos que recibimos, como por ejemplo nuestra infancia. La buena noticia es que como hijas de Dios tenemos la posibilidad de que nuestra mente sea renovada y transformada, lo que redundará en una renovación y transformación de nuestro estilo y calidad de vida.

¿Cómo sucede esa renovación y transformación de nuestra mente? Es un proceso mediante el cual los conceptos equivocados “almacenados” en nuestra mente son remplazados por las verdades que Dios nos enseña en su Palabra.

Algunas consideraciones

Al ser un proceso, significa que requiere tiempo, constancia, esfuerzo y fe. No es algo automático ni instantáneo, pero vale la pena porque el resultado es vivir la vida abundante que Jesús nos prometió.

Si todo aquello a lo que nuestra mente está expuesta es lo que moldea nuestra manera de pensar y por ende de vivir, entonces necesitamos exponernos a la Palabra de Dios, a sus verdades, promesas y principios. Y esto debe ser un proceso continuo porque cuando dejamos de llenar nuestra mente de la Palabra de Dios, otras cosas la llenarán. 

Cada vez que recibo revelación acerca de lo que Dios me dice a mí y de mí, y lo creo entonces se va produciendo sanidad y restauración de mi autoestima. La mentira que había creído y había marcado la manera de verme es reemplazada por la verdad de Dios. A medida que voy comprendiendo los principios del Reino de Dios y los aplico a mi diario vivir, hay un cambio de estilo de vida que trae aparejado una mejor calidad de vida.

Si bien es cierto que no tengo control sobre los estímulos externos que recibo, lo que sí tengo es la posibilidad de decidir qué voy a hacer con ellos.

Mariana Maillet

Martín Lutero lo expresó así: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan nido en ella”.

Como hijas de Dios ya no estamos a merced de esos estímulos, sino que tenemos la capacidad de elegir qué es lo que vamos a atesorar en nuestra mente y qué es lo que desecharemos. Tenemos un poderoso filtro a disposición: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio”, Filipenses‬ 4:8‬ NVI‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Si un pensamiento cumple estos requisitos es seguro para atesorarlo; y si no lo hace, entonces es para desechar.

Todo lo que permitamos atesorar en el corazón (mente) tarde o temprano saldrá para bien o para mal, por eso es tan importante entender que es nuestra la responsabilidad de cuidar (administrar) lo que entra en él: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida”, Proverbios‬ 4:23‬ NTV‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Así que te invito a reflexionar:

  • ¿Qué rumbo querés que tome tu vida?
  • ¿A qué estás exponiendo tu mente?
  • ¿Qué clase de pensamientos estás atesorando en tu corazón?

Y te animo a embarcarte en este maravilloso proceso de renovación y transformación de tu mente, buscando cada día conocer las verdades de Dios y permitiendo que éstas reemplacen cualquier pensamiento equivocado y arraigado en tu corazón.

Si bien podés recibir el apoyo y guía de otras personas, nadie puede hacer esto por vos, ni tomar las decisiones que debes tomar. Vivir una vida plena está a tu alcance, es tu decisión diaria. ¿Qué vas a hacer? 

Líder en el área de Enseñanza en la Iglesia Vida Sobrenatural en la ciudad de la Plata, Argentina. Es ingeniera en sistemas de información y autora del libro: ¿Qué tienes en tu mano? Administradores de recursos ilimitados.