El Proverbios 31 es muy conocido, allí nos cuenta el autor algunas características de una mujer de virtud, pero la traducción en el idioma original se acerca más a la siguiente expresión: mujer valiente, mujer de valor o de poder. ¿Te suena esta idea? Claro, dentro de la Biblia también se encuentra el muy trillado y discutido concepto de la mujer empoderada.

Originalmente este proverbio está escrito como un poema acróstico, es decir, las 22 letras del alfabeto hebreo están allí. Cada letra del alfabeto hebreo tiene una imagen que la caracteriza y habla de ella. Conocerlas puede enriquecer la interpretación de este discurso escrito hace miles de años, pero más actual que nunca.

El texto empieza así “mujer virtuosa, ¿quién la hallara?”. Pero como vimos en una traducción más acorde podría ser entonces “mujer empoderada, ¿dónde está?”.

Es así como el autor luego de esa interrogante nos brinda una serie de descripciones que caracterizan a esta mujer valerosa, centrándose en ella, descubrimos así todo lo que la rodea, familia, trabajo, su cotidianidad. Con el fin de aprender más de esta mujer poderosa, a continuación, analizo algunos pasajes con sus respectivas letras categorizándolos en cuatro dimensiones: relación, emoción, expresión, y acción. 

15 (vav) Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus doncellas.

Relación: una mujer de poder aparece acá como una mujer que trabaja en equipo, distribuye quehaceres a las personas que están a su alrededor, no tiene todas las respuestas ella, busca que los demás levanten su voz, como la función del vav, letra hebrea que simboliza un gancho, un clavo, trabaja en unidad.

Dar tareas a los demás significa delegar y más profundamente confiar. Una mujer empoderada empodera a otras en el camino. Crece, pero ayudando al desarrollo de las demás, va afirmando a su paso el paradigma de “puedo sola, nadie lo hace mejor que yo”, y es cambiado entonces por un paradigma relacional.

En este pasaje también se nombra a su familia, dejando entrever que más allá de todo el trabajo y la planificación de tareas, el cuidado para su familia está contemplado, sus obligaciones y trabajo no desdibujan o desnutren a su hogar.
ayin

25 (ayin) está vestida de fortaleza y dignidad y se ríe sin temor al futuro.

Emoción: ríe de lo que está por venir, risas por el futuro. Esto me resulta un tanto paradójico, ¿cómo es que alguien se puede reír de lo que no sabe que va a pasar? Normalmente los escenarios de incertidumbre son el caldo de cultivo para la ansiedad o angustia, no para la risa.

La letra que corresponde a esta porción es ayin, que se dibuja como un ojo y hace referencia a la visión. Esto me lleva a pensar que la mujer empoderada tiene una visión amplia como su sonrisa. ¿Cuántas veces nuestra visión negativa, catastrófica roba nuestras carcajadas? Visión y emoción se encuentran estrechamente ligadas, podemos determinarnos a trabajar nuestra visión hasta hallar lentes más esperanzadores, elegir entrenar nuestros ojos para aprender a ver lo bueno en cada situación y así recuperar la tan ansiada sonrisa.

Sabemos los beneficios del reír a nuestra vida, literalmente la risa empodera nuestro sistema inmune, nuestra salud.
pe

26 (pe) cuando habla lo hace con su sabiduría, cuando instruye lo hace con amor.

Expresión: Un aspecto muy importante es la pe, letra hebrea que simboliza la boca. En otra versión el proverbio nos revela que en sus labios hay una ley, la clemencia. Esta mujer tiene en su lengua palabras de edificación, de ayuda, de amor. Lo que decimos empodera o debilita. No hay término medio, vida o muerte y todo en nuestra pe, es decir, en nuestra boca.

Resulta crucial prestar atención a nuestro diálogo interno como externo ¿cómo son tus palabras?
caf

20 (caf) extiende la mano al pobre y con ella sostiene al necesitado.

Acción: La imagen de esta letra es una mano, el hueco específicamente de la palma de la mano, y junto a esa letra (caf) el autor escribe lo siguiente: “extiende su mano al necesitado” y si juntamos ese texto con la letra, podemos pensar que una mujer de fuerza, de poder, encuentra un hueco para ayudar y para extenderse, palabra que tiene que ver con el estirarse, con un esfuerzo, es decir, una mujer real vinculada con las necesidades de su entorno, que empatiza con personas y está cercana a la vulnerabilidad de ellas.

A veces en nuestros conceptos el poder es algo inalcanzable, lejano, posicionado en la cima, solitario, de poco contacto, o basado en contactos de interés. En esos casos la importancia del otro se mide en cuanto a lo que puede dar, pero en este dicho de sabiduría me encuentro a una mujer que aprendió a estirarse y que sus manos están dedicadas a dar, a entregar parte de sí a los demás.

Sus acciones no están centradas en sí misma, si bien parten de sus manos, luego trascienden al vincularse con los otros. Una mujer íntegra, de palabras hechas carne, palabras y acciones entrelazadas.  

Terminamos con la pregunta del inicio “Mujer empoderada ¿quién la hallara?”. Y me respondo “tal vez quien descubra que cerca de su boca, sus ojos, manos y corazón está el poder”.

Licenciada en psicología. Trabaja con docentes y niños en una institución educativa como también en el consultorio particular donde atiende adolescentes y mujeres. Forma parte de un equipo de pastores y junto a su esposo acompañan matrimonios con el fin de fortalecer familias.