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Entrevista exclusiva con Taylor Barriger

En una charla sin filtro, Sebastián Liendo habló con el escritor del libro «La Iglesia Creativa». Ya en el minuto uno esta conversación se tornó explosiva porque se tocaron tópicos de alta relevancia para nuestra vida, desde cómo entender Apocalipsis, nuestro llamado, la familia y la cultura según la óptica de Cristo. Así, sin vueltas, te dejamos este reportaje de alto voltaje, el cual anhelamos que marque tu vida de manera trascendente.

Taylor: Hola a todos, muchas gracias a ustedes por este espacio. Cuando dos personas en Cristo conversan, siempre hay algo en el ambiente que ocurre, tengo muchas expectativas de lo que Dios va a hacer ahora.

Sebastián Liendo: La verdad, el podcast que tienes junto a tu padre (Haciendo Iglesia Podcast) fue muy especial para mí, en cuarentena principalmente, pero hay una serie en donde hablaron del Apocalipsis, y fue increíble. Ese episodio habla sobre cuando Jesús se le presenta a Juan en la isla y dice una frase que realmente entenderla te cambia la perspectiva; Jesús dice “anota, esta es la revelación de Jesucristo”.

Ustedes hicieron hincapié en que entender la revelación de Jesús es un filtro distinto para entender la Palabra de Dios, ahora todo lo que había a la sombra de lo que había de venir vino, y hoy todo habla de la revelación de Jesucristo. ¿Qué es entonces entender esta revelación?

Taylor: Creo que muchos no entienden Apocalipsis porque lo hemos mitificado. Lo hemos tirado todo a como si fuera un libro del fin de los tiempos. Y realmente no, cuando Juan va transcribiendo las palabras de Jesús (el autor de Apocalipsis no es Juan, es Jesús) y allí va escribiendo: “Bendecidos son los que leen este libro”, Jesús se muestra a nosotros como nunca antes.

Una buena forma de verlo es, por ejemplo, tienes todos los libros de la Biblia, menos Apocalipsis, todas esas cartas son escritas desde la perspectiva humana mirando al cielo. Pero Apocalipsis es el único libro en la Biblia entera que es del cielo mirando a la Tierra. Es como quitar una cortina, por eso es la revelación de Jesús; y el que se acerca a Jesús encuentra una bendición tremenda.

Sebastián Liendo: Casualmente en ese podcast mencionas que todo levanta a una sola persona, y es a la persona de Jesús. Antes había iluminados, gente que tal vez bajaba del monte con literalmente la cara iluminada. Pero hoy en el nuevo pacto la revelación levanta todas las profecías, los milagros, las palabras, el evangelista levanta a una sola persona, y es Jesús.

Taylor Barriger: Exacto, y la razón es porque es Jesús el único que salva.  E incluso desde la Trinidad es con quien más podemos identificarnos porque vino en carne y hueso. Si Él siente nuestras necesidades es porque vivió todas y cada una de ellas. Él entiende nuestras tentaciones, porque Él pasó por las mismas que nosotros. Creo que cuando entendemos que tenemos a un salvador empático también mucho va cambiando.

A mí me gusta mucho un texto que vemos en Colosenses (creo que es 1:16) dice que todo fue creado por Jesús, para Jesús y a través de Jesús, y es solo en Jesús que todo es coherente; es una idea curiosa, pero es que Jesús es donde todo se va alineando y lo que no tiene sentido va a cobrarlo. Es por eso que apuntamos a Jesús, para que otras personas puedan encontrar esa coherencia de vida.

Sebastián Liendo: Sos Hijo de misionero y de pastor, y yo también comparto los mismos traumas (risas) ¿Qué pasó en tu formación, en tu educación desde niño para que no te hayas convertido en un nieto de Dios pero sí en un hijo de Dios? ¿Qué enseñanza hubo de tus padres para que no creyeras que la iglesia te estaba robando a tus padres?

Taylor Barriger: Ocurrió algo muy específico, es una pregunta interesante. A los 15 años yo me fui de mi casa, y no lo hice de rebelde, tuve una oportunidad de estudiar en Estados Unidos y de ir a jugar futbol americano y basquetbol, y fueron mis padres quienes me lo propusieron. Fue así como: «Hey, te quieren llevar allá, ¿qué quieres tú?» y yo no supe, aunque al fin y al cabo decidimos que era una buena opción.

Pero estando allá fui confrontado con muchas cosas, entre las más grandes estaba preguntarme ¿quién es Jesús para mí? y hay momentos muy claves donde me di cuenta que Jesús quiere ser MI Salvador, MI Señor, MI Redentor. Allí Jesús pasó de ser el Salvador de mis padres para ser el mío.

Yo recuerdo hasta el momento específico. Estaba leyendo en Génesis, donde Moisés mira la zarza ardiente, y es un momento curioso cuando dice que la zarza ardía pero él decide voltear el rostro para mirar la zarza. Algo en mi espíritu me decía “¿vas a girar la cabeza para verme, o vas a seguir de largo?”, y empecé a llorar. Fue un punto que marcó mi vida.

Sebastián Liendo:  Esto que mencionas de la zarza me recuerda cuando Dios le dice que se quite las sandalias, porque lo que está pisando es Tierra Santa, y era un lugar donde él siempre había pisado, no es un lugar que se hizo santo en ese momento sino que ahora tomaba conciencia de que era santo porque todo es espiritual y una creación divina.

Hay un Pastor aquí en Buenos Aires, muy anciano, que formó parte de mi vida de una manera muy invisible, de esas personas que llegan de repente y tiran una bocanada de aire fresco hacia tu vida, y él un día me dijo: «Seba, al cielo se entra de a uno, no entras de la mano con nadie, entras de a uno», y es en parte lo que estás comentando.

Taylor Barriger: Y creo que no solamente para un individuo entender esto, pero ahora yo soy padre, tengo cuatro hijas, y tuve que darme cuenta de que Jesús también es Salvador de mis hijas, porque a veces yo quiero ser el salvador de ellas.

Veo el mundo en el que las estoy criando y me da un poco de temor, o mucho temor. Es bien diferente a como yo crecí, y mi tendencia es a esconderlas en una torre a lo Rapunzel, encerrarlas y que ahí estén bien; pero al final del día yo sé que vendrá un ladrón a robar el corazón de ellas y será el peor momento de mi vida (risas). Es inevitable que ellas se topen con la maldad de este mundo, entonces mejor ahora empezar a introducirlas a su Salvador, yo soy más un mediador que un salvador para ellas. Si puedo apuntar a ellas a Jesús, ellas entenderán en su momento que Jesús está para ellas también.

Sebastián Liendo: Algo que dijiste al principio fue que hasta esta conversación está en Cristo y que iba a fluir a medida de lo que Él ya hizo en nosotros y algo que yo entendí también es que el buen padre está en Cristo, el buen esposo está en Cristo, siempre es una cuestión de orden. La palabra dice “dos males hizo mi pueblo: el primero es que dijeron que no me necesitaban, me corrieron”; sin embargo, el primer mandamiento es amarlo a Él para que lo demás se añada, creo que lo que estás diciendo es un orden familiar.

Taylor Barriger: Cuando hay ese orden, ese entendimiento, creo que el error de muchas enseñanzas o de la iglesia histórica siempre ha sido de que queremos reemplazar a Jesús como Salvador. Lo vemos desde Gálatas, que el hombre quiere con sus obras merecérselo también, rechazando la obra de Jesús. Hoy en día es igual, yo quiero ser el que enseña y moldea a mis hijas y sí las instruyo, pero no puedo reemplazar a Jesús en sus vidas.

Eso significa que tengo que permitir que tropiecen a veces, que quizás fracasen y que cuando fracasen pueda mostrarles la bondad, la gracia, y la misericordia de Jesús; enseñarles lo que dice 2° Timoteo 2:13 “Cuando somos infieles, Dios sigue siendo fiel”, porque él no puede negarse a sí mismo; enseñarles estas verdades y que descubran por sí mismas, en vez de ayudar a Jesús, dejarlo que Él lo haga y ser facilitadores de introducción a Él. Con ese orden y ese entendimiento tendremos familias más sanas, más fuertes, más robustas a lo que es el Evangelio.

Sebastián Liendo: Charles Spurgeon decía que el Evangelio es como un mendigo diciéndole a otro mendigo de dónde consiguió el pan (risas) y es eso, es decir, «el pan está por allá, la comida está por allá, la puerta está por allá», todo apunta a Cristo.

Tengo una pregunta sobre tu familia, ya que en una de las últimas entrevistas que has hecho dijiste una frase que te la leeré: “Dios cambia cultura, pero no cambia llamado”. Me encantaría que puedas contar en qué contexto Dios te habló sobre esto.

Taylor: Bueno, en un contexto muy peculiar. Yo crecí de dos culturas: americano y peruano, cien por ciento ambos. Yo sabía que eventualmente caería en Lima, donde Perú sería mi hogar. Yo viví por diez años en Estados Unidos, entonces cuando yo pienso en novias, enamoradas, en mi futura esposa, yo pensaba: «tendrá que ser gringa, ¿no?»; porque para mí era más fácil que una gringa conozca mi lado peruano viviendo en Perú, a que una peruana conozca mi lado gringo; y siempre en bromas yo decía para explicarlo “quiero poder ver la película El tonto y el mas tonto sin explicar los chistes», o sea porque es una película muy muy gringa (risas). Pasaron los años, y tengo veintiséis años para entonces y sigo sin novia, o sea nunca en mi vida. Sabía que debía irme a Perú pronto y forcé la mano de Dios, me traje una gringa que vi por ahí que estaba bonita, y estuvimos seis meses a distancia y seis meses aquí en Perú y fue el peor año de mi vida. Rompimos, no porque no tratáramos, intentamos todo. Y un día estoy llorando, «¿Dios qué hice mal? ¿dónde me equivoqué? ¿acaso no me amas?» y sentí que el Espíritu Santo me dijo: ¡Taylor! estás buscando las cosas equivocadas en una mujer, estás buscando por una mujer que tiene tu misma cultura, pero yo quiero que busques por una chica que tiene tu mismo llamado.

Obviamente, comencé a llorar más, pero poco a poco entendí lo que se me fue mostrando y es que Dios puede cambiar cultura, pero Dios no cambia llamado. Vemos en Romanos que el propósito llamado de Dios es irrevocable, de que literalmente Dios nos da un llamado y no nos lo quita.

Por eso vemos artistas, yo pienso que, por ejemplo en Argentina, Andrés Calamaro, no sé, muchas personas que realmente son llamadas a liderar, a influenciar personas, pero algunos solo lo hacen para su propio beneficio. Qué hubiera sido de Maradona si hubiera entendido que él existía para apuntar a Dios y no a sí mismo; hubiera sido otra la historia, pero Dios nunca le quitó el don de atracción a Maradona. Entonces, Dios no quita eso, pero la cultura cambia constantemente.

Yo soy alguien muy diferente hoy de lo que fui hace tres años atrás. Probablemente contigo también, vas un año y medio de casado y probablemente seas alguien muy diferente hoy a quien eras hace tres años. Cuando entendí todo eso, todo cambió, y ahí fue donde comprendí que mi esposa, peruana, estaba enfrente mío todo el tiempo, y por qué yo estaba ciego a ella, por mi idea de cultura por sobre llamado; cuando Dios me quitó ese velo, o esas escamas de los ojos, pude ver que lo más importante es el llamado, la cultura es temporal.

Sebastián Liendo: ¿Para ti propósito y llamado son la misma cosa?

Taylor: Sí, en gran parte. Y creo que ahí es otra cosa que mitificamos mucho, pensamos mucho y pedimos a Dios que nos muestre como un rayo desde el cielo mostrándonos qué quiere que hagamos. Pero creo que es la misma pregunta que Dios le hace a Moisés: «¿Qué tienes en la mano?» y tenía la vara; bueno, échale ganas. Y creo que la pregunta para nosotros es ¿Qué tenemos en la mano, qué habilidades tenemos, qué deseos tenemos? Porque Dios nos pone sus deseos para que podamos cumplir y desarrollarlos. Dios no es esquizofrénico, no te va dar un deseo para que nunca puedas cumplirlo. Y alguien podría decir «Pero Taylor ¿aún lo perverso?»

Sí, cien por ciento. Por ejemplo, un deseo sexual viene de Dios, solamente que hay un desorden en la naturaleza humana para desviar ese deseo. Igual que las drogas, anhelamos un alivio, un descanso, y Dios desea que Él sea nuestro alivio y descanso, no una sustancia que nos deja peor luego. Todo deseo proviene de Dios, encontrarlo en Dios es el secreto.

Sebastián Liendo: Como iglesia tienen una identidad, que es que cada región tiene un desafío que entender para plantar una iglesia. Hay una base establecida por Dios para todas las iglesias, pero cada región tiene distintas necesidades, ¿cómo se puede encontrar eso?

La necesidad por la cultura puede cambiar pero siempre hay una misma respuesta para eso.

Taylor Barriger

Taylor: De forma muy sencilla, dónde está la picazón de la región, y donde pique ¡ráscalo! No hay nada peor que pedirle a un amigo que te rasque la espalda y te rasque en el lado equivocado. Es de las cosas más frustrantes (risa), lamentablemente creo que tenemos iglesias rascando donde antes picaba, pero la picazón ahora está en otra parte. La iglesia tiene que ser ágil, sensible, perceptible, para entender que como la sociedad cambia, las necesidades cambian, entonces tenemos que empezar a ver dónde hay que rascar la suciedad; y aparte de cada ciudad, cada generación también tiene diferentes necesidades. Cuando nos vayamos preguntando estas cosas, la respuesta termina siendo obvia, y creo que muchos se frustran con la magnitud de la picazón, creyendo que su ayuda es como una gota en el océano, y tal vez lo sea, pero no menospreciemos los pequeños comienzos, empieza igual, y si somos fiel en lo poco, Dios nos va a poner sobre mucho más. Entonces, que la magnitud de la necesidad no nos impida empezar.

Si a Dios le agrada, Él pondrá un cañón de luz sobre ello, y su gracia lo hará resplandecer aún más, creo que se trata solo de empezar.

Sebastian Liendo
Sebastian Liendo
Músico y compositor de Fila9. Forma parte del Proyecto Real, siendo un comunicador, llevando el mensaje de la verdad transformadora de Cristo a diversos lugares, como conferencias, iglesias, misiones y estudios.

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