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Enfoque en la Palabra: ¿Cuál es la diferencia entre leer la Biblia y oír a Dios?

Enfoque en la Palabra es una jornada intensiva donde se extraen principios actuales, a partir de diferentes libros de la Biblia. El pastor Iván Ballistreri, de la ciudad de Córdoba, comparte la diferencia que hay entre solo leer la Biblia y el profundizar en el espíritu que hay en la letra escrita. Le contó a La Corriente que “es maravilloso ver el crecimiento y madurez que los hermanos han expresado en este tiempo post pandemia”. Si te has preguntado si la Biblia es actual o cómo poner en práctica sus enseñanzas, en esta entrevista hay varias respuestas que te pueden ayudar.

LC: ¿Qué es Enfoque en la Palabra?

I.B: Las jornadas de Enfoque en la Palabra nacieron por la situación que provocó la pandemia de COVID-19, que nos aisló y no permitió que muchas personas accedieran a la continuidad de los mensajes que se predicaban. Entendimos que se necesitaba un espacio y un lugar donde se pudiera equiparar y nivelar a todos los hermanos, que tuviéramos el mismo conocimiento y entendimiento dentro de la congregación.

Pero como todo, tiene un sentir en el espíritu y es el ser intensivos en la Palabra, justamente por eso le pusimos “enfoque” porque la idea es entender que nos podemos acercar a la Biblia de manera maratónica y leer 5, 8 o 10 capítulos por día e incluso he sabido de personas que la leen en un mes, pero no se trata de leer solamente sino de enfocarse, pararse, detenerse y poner lupa para ver el Espíritu que hay en la letra.

LC: En pocas palabras, ¿qué riqueza has encontrado al leer las escrituras desde este lugar?

I.B: La verdad ha sido enriquecedor, porque comenzamos con el libro de Jeremías, luego Ezequiel y actualmente estamos en la mitad del libro de Isaías y se ha convertido en una pasión y un anhelo de que Dios nos dé más. Es maravilloso cómo Dios se ha mostrado con verdades presentes, con palabras dadas y cumplidas en el tiempo que se dieron esas palabras pero que hoy las podemos disfrutar en el bien de Dios para nosotros, porque siempre tiene algo para mostrarnos.

Siempre que Dios habla, aunque lo haya hecho a Jacob o Moisés, nos deja un indicio de su carácter, de su manera de actuar, de lo que quiere y lo que no quiere

Por lo tanto ver la manera en que Dios se manifestó a través de estos profetas, que tuvieron tanta claridad en lo que Dios les decía, nos permite ver el carácter de Dios y su  manifestación, la gracia de Dios, el amor y también su anhelo de ver a las personas salir del lugar donde están y encontrar el lugar de su refugio, para entender lo que es vivir la vida en sus manos.

Siempre he predicado de la forma inspiracional, pero para “Enfoque en la Palabra” comenzamos a trabajar una lógica de predicación basada en la agenda que cada escritor bíblico tuvo, es decir, no podemos negar que cada uno de los que intervino en la escritura bíblica tenía una agenda dada por Dios de mensajes, de predicación y de rendición de cuentas delante de Dios. Decidimos atarnos a esa agenda, donde la idea es poder ver qué Dios está diciendo a través de esos pasajes bíblicos para el día de hoy. Ha significado un grado de exigencia mayor, pero siempre confiando y aguardando en la misericordia y gracia de Dios para que nos hable según su medida de crecimiento y de gracia a nuestras vidas.

L.C: Hasta el momento, ¿sobre cuáles libros se ha realizado Enfoque en la Palabra? ¿Podrías compartirnos algunos principios de cada uno?

I.B: Me quedaría corto si empezara a dar algún principio, pero vamos a tratar de explicar un poquito. Cuando uno se aproxima a un libro de la Biblia, lo primero que hay que hacer es entender el contexto en el que fue escrito.

Con respecto al libro de Jeremías y al de Ezequiel, hay algo muy interesante y es que fueron contemporáneos, a ambos Dios les habló casi los mismos temas, pero en dos geografías diferentes.

Jeremías fue escrito desde la tierra de Israel, para el pueblo que se sintió agredido, que estaba preso de líderes locales pero que eran malos, de mal performance, eran duros y resistentes a la voz de Dios. Ezequiel fue uno de los que fueron llevados a Babilonia, Dios lo llama en Babilonia y le habla en Babilonia y el mensaje de Ezequiel está dirigido al pueblo de Israel que queda como remanente en Babilonia, un mensaje destinado a traer alguna luz de esperanza, de la reconstrucción en el futuro.

L.C ¿Cómo se aplican a los días que vivimos hoy?

I.B: A través de estos dos libros, vemos cómo Dios habla en estéreo, por un lado a Jeremías y por el otro a Ezequiel, pero ambos recibieron una advertencia antes de salir a hacer su llamado: ¡no iban a ser escuchados!, ¡qué tremendo! La verdad es que eso me dio un sentido del carácter de Dios: Él nos envía y no está esperando específicamente un resultado de lo que nos envía a hacer, sino que también nos manda como testimonio para anunciar lo que quiere hacer y para que las personas tengan la oportunidad de oírlo y obedecerle y que no puedan decir que nunca Dios les habló o que no tuvieron la oportunidad. Y ese es el sentir del libro de Ezequiel, Dios les da palabras impresionantes pero el pueblo es duro para oír, para cambiar y para reconocer los errores.

Un predicador, un pastor o un líder quiere ver a la gente progresar, pero a veces algunos lo hacen y otros no tanto, esto nunca debe ser un mecanismo para que nos creamos o nos consideremos exitosos si eso sucede, sino que nos tenemos que sentir exitosos en el envío, en lo que se nos ha enviado y no en la esperanza de un resultado que solo está en el convencimiento y en el trabajo de Dios a través de su Espíritu Santo, en las personas.

Esto es lo que hoy a través de la gracia podemos ver que es diferente a la antigüedad: Dios continúa haciendo su trabajo en los corazones y nosotros como mensajeros de lo que Dios quiere hacer, solo somos colaboradores de aproximar y de acercar el mensaje, pero nunca los responsables de provocar algo en las personas, por eso en 1° Corintios 3:6 dice “Pablo sembró, Apolos regó, pero Cristo es el que da el crecimiento”, por lo tanto, los resultados nunca deben marcar nuestros estados anímicos.

L.C: ¿Hay diferencia entre la Biblia y la Palabra de Dios?

I.B: Si me preguntan si la Biblia es la Palabra de Dios, hago un alto y respondo: “la Palabra de Dios es lo que Dios está diciendo todos los días”.

La Biblia es nuestro parámetro de referencia, pero solo se convierte en Palabra de Dios cuando Dios habla al corazón de manera intencional.

Si bastara sólo con leer la Biblia entonces, en primer lugar, no habría tantas religiones basadas en ella, hay más de 200 religiones basadas en la filosofía de la letra, pero no del espíritu correcto. No se puede conocer la Biblia sin conocer primero al Autor, escuchar lo que el Autor quiere decirnos, lo que está pensando hoy, a partir de alguna escritura bíblica, es lo que nos hace actuales y nos permite vivir guiados por la voz del Señor.

La predicación es la herramienta que Dios nos dio para expresar lo que Él está hablando hoy y lógicamente todos los oyentes de esa palabra tienen la posibilidad de activar en su espíritu el discernimiento, para saber si lo que se está diciendo viene de Dios o si es pura filosofía humana, es decir, hay una interacción entre el locutor y el receptor, porque juntos generan un ámbito de la palabra, donde se produce algo poderoso que justamente es la iglesia, la congregación de los santos y la edificación del cuerpo de Cristo.

LC: ¿Cómo podemos saber si sólo estamos leyendo la Biblia o si estamos «enfocando» la Palabra de Dios?

I.B: Creo que eso es un testimonio del espíritu primero y también hay una evidencia en la vida de las personas de que el Señor está hablando, porque Él produce cambios.

Leer la Biblia nos da conocimiento, pero cuando Dios habla nos transforma, nos cambia.

Leer solamente la Biblia hace personas religiosas, leguleyas, viendo en qué se equivocan los demás. Pero cuando Dios habla, Dios redarguye, Dios trae entendimiento de lo que no estamos haciendo bien y nos lleva a progresar, a avanzar, a perfeccionarnos y principalmente a volvernos útiles para su propósito eterno.

LC: La Biblia dice que no debemos ser solamente oidores, sino más bien hacedores de la Palabra. ¿Qué significa esta expresión? ¿Cómo identificamos que lo que estamos haciendo es por «oír» la Palabra?

I.B: La diferencia entre ser oidores y hacedores de la Palabra está justamente en esto, en que nuestras vidas cambien, que nuestras vidas tengan un sentido de propósito y de destino.

El oidor solamente se acerca a Dios por lo que Dios puede hacer. Pero el hacedor entiende que Dios está esperando de nosotros cambios, acciones y maneras de expresarlo a Él. Hay una gran diferencia entre esperar que Dios diga o haga algo y en poner en marcha por la fe y por la gracia lo que Él nos ha encomendado. Dios es espíritu y se expresa a través del hombre en lo natural, allí es donde se completa el círculo: Dios gobierna al hombre y el hombre gobernado por Dios se manifiesta como hijo y, por lo tanto, todo lo que le rodea se sujeta a ese hijo.

LC: ¿Cuál ha sido el mayor gozo al compartir los espacios de Enfoque en la Palabra?

I.B: El mayor gozo ha sido compartir con los hermanos, especialmente con quienes escucharon la Palabra de manera intermitente y ver cómo al escuchar los mensajes de forma consecutiva, les da una claridad y apertura mayor, un entendimiento mayor de la Palabra y pueden avanzar en expresión y entendimiento.

El gozo de ver los rostros asombrados por lo que Dios nos da, los corazones compungidos por darnos cuenta de que hemos hecho las cosas a medias, pero que Dios nos está pidiendo un mayor nivel de entrega y sujeción y por sobre todas las cosas la comprensión de su propósito.

LC: En varias oportunidades escuché que en la Biblia hay misterios por descubrir ¿cómo hacemos para descubrirlos? (risas) ¿Todos podemos acceder a esos misterios?

I.B: La Biblia está llena de misterios porque Dios es un Dios misterioso, grande, maravilloso y extraordinario que nos llevará toda la vida conocerlo. Sólo llegaremos a entenderlo en plenitud cuando estemos en su presencia, con nuestro cuerpo glorificado, por eso es que accedemos a sus misterios no por fórmulas sino por su misericordia, por su amor y porque Él se quiere dar a conocer. Dios se da a conocer cuando hay un corazón que le busca, entregado, rendido a sus pies, a esto lo entendí a raíz de los libros que hemos estado estudiando: Jeremías y Ezequiel fueron personas que accedieron a misterios que Dios nunca antes había dado porque tuvieron un corazón dispuesto, disponible, rendido. Eran muy obedientes, hicieron todo lo que Dios les decía y por eso Dios les confiaba y entregaba nuevos misterios.

Le doy gracias a Dios por lo que nos ha dado y queremos ser confiables para más, siendo obedientes y rendidos ante Él. Dios quiere darnos mayores cosas así que debemos ser fieles en lo que tenemos hoy, esperamos ser confiables y aprobados delante del Señor para que podamos estar en lo mayor.

LC: Si la Biblia fue escrita hace miles de años, ¿sigue vigente para los días que vivimos hoy? ¿Por qué?

I.B: La Biblia fue escrita en un lapso largo de años, no fue escrita de corrido ni de un momento al otro, sino que pasaron muchos escritores, intervinieron traductores y actualizaciones, lo cual lo hace un libro altamente interesante desde el punto de vista histórico y humano. Alguien puede acercarse a la Biblia simplemente para leerla como un libro histórico, que tiene un alto poder de cronología humana y de avances, pero la Biblia no es un libro desactualizado, no es un libro que quedó en la historia sino que tiene una vigencia tan trascendente y la vigencia de la Biblia está en el Dios vivo que tenemos.

La Biblia por sí sola, es un libro que tiene escritos que si uno los lee y se alimenta solo de lo escrito puede producir religión, pero cuando se alimenta del espíritu que tiene la letra, es decir, accede al Dios vivo que está hablando hoy y que utiliza la Biblia para acercarnos sus misterios, su carácter, su manera de ver y de asumir la vida, entonces ahí se hace actual, vigente y vital.

Puedes leer la Biblia en el sentido humano y no quedarle absolutamente nada nuevo, seguir la vida igual con un poquito más de conocimiento de algo humano o acercarse a la Biblia buscando lo vital de Dios y eso renueva, revitaliza y da vida.

LC: ¿Sobre cuál libro será el próximo Enfoque en la Palabra? ¿Fuera de Córdoba se puede acceder?

I.B: Actualmente estamos trabajando sobre el libro de Isaías para el próximo Enfoque en la Palabra. Probablemente hagamos una primera parte porque tiene 66 capítulos y en cada jornada llegamos aproximadamente a 15 mensajes, para que tengan un sentido de unidad. Será una jornada intensiva, a fines de noviembre, comenzaremos a las 9.00 de la mañana y terminaremos a las 17.00 hs.

Estamos viendo si hacemos transmisión o si lo grabamos y después lo subimos a las redes. Los mensajes de forma individual ya están en el canal de YouTube, pero puntualmente sobre las jornadas de Enfoque, en un futuro la intención es expandirlas y expresarlas en otros ámbitos. Estamos atentos a si en otros lugares quisieran llevar este formato, porque estamos dispuestos a trabajarlo, exportarlo y darlo de manera concisa pero transcendente, ¡sería un gozo para nosotros!

Instagram: @iballistreri

Facebook pastor: Ivan Ballistreri

Facebook ministerio: mdvarguello

Chechu Tejeda
Chechu Tejeda
Nació en Río Cuarto. Vive en la ciudad de Córdoba desde hace 10 años y allí ha participado como oyente y disertante en jornadas de capacitación y ministración para jóvenes y adultos. Tiene pasión por comunicar y estar entre los jóvenes. Ha participado como co-conductora en programas de radio y como conductora de eventos. Convencida de que la verdad es lo único digno de comunicar, es lo que la motiva a usar los medios de comunicación y redes sociales para transmitir la buena noticia.

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