La renovación que Dios puede hacer en tu vida para llevarte a un nivel más alto.

Rebotar: «Caer repetidamente, ya sobre el terreno, o chocando con otros cuerpos» o «retroceder o cambiar de dirección por haber chocado con un obstáculo». 

Estas son algunas definiciones del diccionario del “efecto rebote”, término que es utilizado comúnmente en el tema de las dietas para bajar de peso. Pero no es mi tema la alimentación, así es que te invito a tomarlo desde la perspectiva de la capacidad que nos es dada por Dios a través de su Espíritu Santo para levantarnos de esos momentos en que nos sentimos con el ánimo o las fuerzas por el piso.

“Porque el justo cae siete veces y vuelve a levantarse, pero los malvados tropiezan en tiempos de desastre y colapso", 
Proverbios 24:16 AMP.
"El Señor ayuda a los caídos y levanta a los que están agobiados por sus cargas",
 Salmo 145:14 NTV.

Hay un factor común al ser humano aquí en estos pasajes y un factor sobrenatural que es la promesa fiel y siempre eterna que solo Dios puede hacer. El factor común es que todas las mujeres en algún momento sentimos que las fuerzas se nos terminan, en algún momento nos sentimos agobiadas y débiles.

El factor sobrenatural es que sólo Dios puede llevar todas y cada una de nuestras cargas, liberar nuestro agobio y siempre que vamos a Él disipar la nube de miedo y dolor que puede nublar nuestros días.

“Lo que no te mata te fortalece», dice un refrán. Yo agrego que a veces, si Dios no está con su fuerza en nuestra debilidad, muchas mujeres podemos seguir sumidas en un círculo de autocompasión, hundidas en el pozo de la angustia. Pero en Dios, cuando nuestra confianza y mirada están en Él, experimentamos la realidad de su promesa:

“Pero los que esperan en el Señor [que esperan, esperan y esperan en Él] obtendrán nuevas fuerzas y renovarán su poder; levantarán sus alas como águilas [elevándose hacia el sol]; correrán y no se cansarán, caminarán y no se cansarán”,
 Isaías 40:31 AMP.

Hay algunas ideas que podemos poner en práctica cada día para hacer de este “efecto rebote” un catalizador espiritual, es decir, un proceso que con la intervención de Dios nos lleve a un cambio transformador, efectivo, estimulante, hacia nuestra madurez espiritual. 

Enfocar en el potencial

Cada vez que le permitimos a Dios levantarnos, cada vez que reconocemos el fin de nuestras fuerzas y le damos nuestra carga a Dios, nuestros ojos de la fe se liberan de las escamas de la imposibilidad para abrirse a lo que aún no hemos visto ni experimentado de todo lo que Dios puede hacer en nosotras.

“Aquel que es capaz de [llevar a cabo Su propósito y] hacer sobreabundantemente más que todo lo que nos atrevemos a pedir o pensar [infinitamente más allá de nuestras más grandes oraciones, esperanzas o sueños], de acuerdo con Su poder que obra dentro de nosotros", Efesios 3:20 AMP.

Aceptar

No es resignar, es asumir que la vida trae momentos difíciles que son inherentes a la experiencia humana. Y sabiduría es no permitir que el resentimiento o el enojo nos estanquen en una noche eterna, sino que podamos decir sí a la luz de la esperanza de Dios, y con un corazón confiado aceptar la restauración de nuestras roturas y quebrantos. Él es incomparable haciendo este trabajo de gracia en nosotras.

Celebrar

Cada vez que Dios levanta nuestra cabeza, cada vez que usamos las alas de la fe impulsadas por el viento de Dios, somos mujeres nuevas y eso hay que celebrarlo, porque es un regalo invaluable que nos llega del cielo. Aprendamos a celebrar los nuevos niveles de fe a los que Dios nos lleva. ¡Solo escribirlo me emociona y entusiasma! Vernos mujeres más fuertes, más firmes, más maduras en Él y para su gloria. Amén.

“En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido",
 1 Pedro 5:10 NTV.
Coach ontológico y Conferencista inspiracional. Coordinadora General del Programa de superación personal para mujeres 'No Me Rindo". Autora del libro "No me rindo. Pensamientos para seguir adelante". Autora de los audios "ALIENTO PARA EL VIAJE". Junto a su esposo Marcelo tienen cuatro amados hijos y sirven como pastores de iglesia Gracya en Lujan de Cuyo,