Comencemos por el principio, ¿qué es el clima laboral? Es el ambiente que se respira en el medio en el que los trabajadores llevan a cabo sus distintas labores. Un concepto que se encuentra condicionado por factores propios de la percepción y características de los empleados, pero también por las acciones de la empresa.

Tener un buen ambiente laboral nos hace sentir mejor tanto en la oficina como en el lugar donde lo desarrollemos y nos genera un sentimiento muy positivo hacia el trabajo. Sin embargo, no todas las empresas fomentan este tipo de clima laboral.

Todo ha cambiado a nivel mundial a partir de estos últimos meses en donde el teletrabajo se ha instalado en varias empresas a raíz de una situación jamás vivida en nuestra generación. Esto, en algunos casos, ha mejorado este llamado “clima laboral” y en otras situaciones puntuales lo ha empeorado por la falta de motivación en muchas personas que no lograron adaptarse a esta nueva situación planteada. 

¿Cómo gestionarlo?

¿Qué pasa cuando las relaciones laborales no son saludables? ¿Cómo manejar el estrés que nos genera el mal clima laboral?

Muchas son las consultas de personas que se sienten estresadas por un trabajo que les demanda mucha carga a nivel emocional y mental, personas que no logran diferenciar el malestar generado por la rutina laboral que, en muchos casos, lo desarrollan en el hogar por la nueva dinámica de home-working.

Es importante tener en cuenta que, tanto el trabajo como tu vida y desarrollo profesional implican una gran inversión de horas diarias y condicionan gran parte de tu bienestar y vida personal. De allí que deberíamos prestar atención a lo que sentimos o nos pasa en nuestros ambientes laborales y, en caso de ser necesario, poder modificar lo que haga falta para sentirnos bien y superar los obstáculos que tengamos por delante. 

Ahora bien, ¿cuáles son esas variables que influyen en un buen o mal clima laboral? Comencemos por aceptar qué somos, somos seres humanos, sociales y emocionales, y no dejamos de serlo en el trabajo.

Especialmente en la vida laboral se pone en juego la forma de entender y gestionar nuestras emociones, tu forma de relacionarte, de comunicarte, y también de motivarte de forma intrínseca.

“Es decir, que tu entusiasmo sea gestionado por vos mismo y no por factores externos, que nos resulta imposible controlar”.

Entonces, una de las variables somos nosotros mismos, nuestras creencias, aptitudes, actitudes, desempeños, nuestra capacidad de autocontrol, nuestros propios intereses y la lista continúa. Otra variable es el trabajo en sí, todos aquellos elementos vinculados con el ejercicio de la profesión, las características del trabajo que realizamos, cuan cerca está lo que hacemos de las expectativas que tenemos respecto a eso, si tu profesión coincide con tu vocación, es decir, si trabajas de lo que amás, o simplemente estás en ese puesto por necesidad. 

Y, por último, otra variable que influye son las acciones que realiza la compañía para generar un determinado ambiente laboral, independientemente de dónde lo desarrolles. 

¿Qué hacer?

Para finalizar, habiendo comprendido que una de las variables más importante somos nosotros mismos, me gustaría dejarte algunas herramientas para que puedas aumentar la motivación laboral y convertirte en una persona exitosa aun en medio de un ambiente laboral no conveniente.

Una herramienta clave es el autocontrol de las emociones. Es fundamental que puedas conocer cuáles son los estresores que te sacan de foco, generando reacciones desmedidas. De este modo, podrás anticiparte frente a determinadas situaciones incómodas para evitar conflictos innecesarios.

Por otro lado, el aprender a decir no y delegar también es una habilidad que se desarrolla y que ha demostrado ser la manera más práctica para liberarnos de demandas evitables.

La asertividad como herramienta fundamental para aprender a dar un mensaje correcto y el alejarse de relaciones toxicas hará que te rodees de las personas correctas que, lejos de dañarte, te harán crecer.

Es importante que en las horas que tengas que trabajar lo hagas con consciencia y enfocado, pero que sepas cortar en el momento correcto para planear y realizar actividades que nada tengan que ver con lo laboral, esto te permitirá despejar tu mente, y facilitará que tus relaciones familiares sean enriquecidas. 

Si notas que tu trabajo hoy está ocupando un lugar más dominante y al que sentís que no podés controlar, afectando ya en tu salud o relaciones, te sugerimos que puedas pedir ayuda profesional para adquirir herramientas más específicas que te permitan disfrutar de tu trabajo y, a su vez, de tu vida personal. 

¡Nos vemos la próxima!

Fundadora y directora del Centro Terapéutico Integral. Psicóloga Clínica (UCA). Trabaja con adultos, parejas y familias. Posgrado en Centro Privado de Psicoterapias. Diplomatura en Terapia Cognitiva Conductual (Centro de Terapia Cognitiva).