En este tiempo de incertidumbre es muy común experimentar algún episodio repentino de ansiedad o miedo, tan intenso que no creés poder controlarlo.

He lidiado con ataques de pánico durante 2 años seguidos, y te puedo asegurar que es una situación horrible, duele y mucho. Los ataques de pánico nos hacen sentir fuera de control, con miedo, y nos hacen pensar en situaciones hipotéticas que salen del propósito que Dios tiene con nosotros. Nos desesperamos por querer superarlo, pero no se soluciona. Lamentablemente, estamos viendo nuestro problema y no estamos viendo a Jesús.

¿Puede Jesús librarme de los ataques de pánico? 

La respuesta es sí. Jesús puede y quiere. Sé que, aunque parezca sencillo, no lo es. Pero fue tan sabio que en Su Palabra vamos a encontrar los pasos para vencer este temor.  El primer paso es el más fácil, admite tu necesidad. No podemos abrazar soluciones de parte de Jesús para problemas que no creemos tener. El poder de la palabra tiene un impacto fuertísimo, cuando uno es honesto y reconoce, nuestra mente y corazón están listos para escuchar palabra de sanidad.

Esta situación trata de desviar tu mirada de Jesús y limitar tu impacto y capacidad de bendecir a otros. Pero, aun así, debes mantener tu esperanza. Dios quiere que tengas paz, Él sigue siendo bueno y tiene pensamientos de bien para tu vida y tu futuro. Aunque tal vez hoy no lo veas y te digas “me ha abandonado”, tienes que saber que nunca fue así, y que no estás solo en esto. 

Seguramente cuando estabas atravesando ese momento te dijeron “tranquilo, ya va a pasar”, pero esas palabras no producen nada porque un ataque de pánico lamentablemente no se resuelve así. El único que puede librarte y sanarte es Jesús. Por eso, el segundo paso es dejar tus preocupaciones en Él. Filipenses 4:6-7 nos da una lección, si oramos y dejamos nuestras cargas en Él, Su paz nos rodeará. Cuando nos acercamos a nuestro Padre y nos rendimos a Él, trae paz y descanso.

No hay nada que Dios no pueda hacer. Este último paso es entender que Él lo puede hacer.  En 1 Pedro 5:7, Jesús nos dice “echa sobre mí tu ansiedad y yo te daré descanso”, verdaderamente está interesado en sanarnos. A veces el proceso parece largo, pero no bajés los brazos, la sanidad pronto llegará. Cuando llegue ese momento, declará Su palabra. 

«No dejés de pelear, poné tu mirada firme en Jesús y no en las circunstancias. No dudes, porque Él puede sanarte, porque si hay algo que Dios quiere es que vivas una vida de plenitud y propósito». 

Jeni Gamarra

Esta oración te ayudará a iniciar tu proceso de sanidad y vencer, por fin, los ataques de pánico:

Querido Dios, tú sabes por lo que estoy atravesando y sé que concedes los anhelos de nuestro corazón, hoy quiero ser sano. Hoy quiero dejar mis ataques de pánico a tus pies, sabiendo que solo tú eres quien puede sanarme. Quiero mantenerme firme en ti en este proceso, te pido que nada desvíe mi mirada de ti. Sé que pronto todo lo que vivo será de testimonio y te agradezco de antemano tu sanidad. Amén.

Te cuento más de mi proceso con los ataques de pánico y ansiedad en este reel de Instagram.

Reto: los ataques de pánico no son un juego. Si estás lidiando con esto, hablá con un adulto, con tu pastor o con un profesional médico para que te brinde la ayuda que necesitás. Creemos en que Dios trabaja con la ciencia para ayudarnos a encontrar la sanidad en nuestras vidas.

¡Hola! Soy Jeni Gamarra, sirvo a Dios desde pequeña y comparto en mis redes sociales lo que por gracia recibo de Él. Hablo de Jesús, fe y propósito. Mi misión es llevar el amor de Dios a jóvenes que aún no lo conocen y poder serles de bendición.