Hace cinco años que mi esposo y yo tomamos una decisión que cambió por completo nuestras vidas: inscribirnos en el Registro Central de Aspirantes a Guardas con Fines de Adopción.  

Luego de casi catorce años de casados hasta ese momento, donde diez fueron buscar ser padres mediante tratamientos de fertilidad sin ningún resultado,en 2018, cuando se presentó el proyecto de ley conocido como Interrupción Legal del Embarazo (ILE), nos convertimos en abanderados de la defensa de las dos vidas. Cual marcha había, ahí estábamos. Pero había que hacer algo más, así que comenzamos a investigar acerca de la adopción.

Afirmaciones como “en Argentina es imposible adoptar” o “te anotas y vas a estar muchos años esperando para que te llamen”, nos hacían flaquear. Pero la idea de adoptar estaba en nuestro corazón desde hace muchos años, inclusive desde antes de saber que no íbamos a poder ser padres de manera “natural”.

Nos anotamos, pasamos por todas las entrevistas habidas y por haber y nos fuimos dando cuenta de que muchos pensamientos que teníamos, o nos habían transmitido, eran más mitos que verdades. Y entendimos que si defendemos las dos vidas, esa defensa tiene que ser comprometida en función de nuestro nivel de compromiso. Así que adoptamos.

¡Mucho cambiaría en nuestro país si cada familia decidiera adoptar!  Si decidiéramos ser canales de amor que podamos extender la gracia de Dios en esta tierra y hacer lo que El hizo con nosotros: adoptarnos (Efesios 1).

Hoy agradezco y pienso en que mis dos hijos son producto de una mujer que no opto por abortar. Y gracias a Dios que Él se reveló a nosotros para enseñarnos que el camino es adoptar.

Muchas veces escuchamos que defendemos las dos vidas, y hay mucho más que podemos hacer pero ¿lo estamos haciendo realmente? ¿Estamos dispuestos a poder mirar mas allá de nuestra zona de confort y ver que la adopción no es un “plan B”, sino que se trata de una decisión de amor del mismo Padre?

Es hora de cambiar la manera de pensar, no solo se trata de mi deseo de ser madre o no, se trata de esa vida que necesita resguardo y amor. Soy una convencida de que muchos paradigmas tienen que cambiar y no deberíamos hacer nunca más muchos “chistes” socialmente aceptados para hablar despectivamente de las personas que están en condición de adoptabilidad.

Pienso en cada mujer que esta pensando en abortar, pienso en aquellas que militan la ILE, pienso en que en algún momento nos volvimos una sociedad egoísta, en la que pienso en mi cuerpo, en mi realidad o en mis “sueños truncado” al convertirme en madre. Pero creo que debemos pensar mas allá, debemos comprender que si hay vida hay esperanza.

Que cada forma de expresar nuestro pensamiento, se convierta en una oportunidad para amar lo que Dios ama. Y créanme, la adopción es algo que conmueve Su corazón.

Si estás pensando en adoptar, te dejo el link para informarte sobre qué requisitos hay que cubrir y cómo te podés inscribir: www.argentina.gob.ar/justicia/adopcion

Esposa, madre de dos hijos. Pastora de la Iglesia Catedral del Pueblo de Bahía Blanca. Junto a su esposo tiene un espacio para parejas que están en el camino por ser padres y aún no lo consiguen. Autora del libro llamado “Esperar sin Desesperar” donde cuentan su camino ayudando a otros en esta “no tan dulce” espera.